La bici me da fuerza a los 65 años

Ramón Sosa Izquierdo llega en bicicleta a la marcha por un transporte público digno, en rechazo al aumento de las tarifas en Saltillo. Se baja de la bici para caminar junto a los jóvenes estudiantes, adultos mayores, amas de casa y trabajadoras que toman un carril de los principales bulevares de la ciudad: Venustiano Carranza y Francisco Coss hasta la Presidencia municipal. Ramón tiene 65 años y está pensionado después de haber peregrinado de trabajo en trabajo hasta que encontró una plaza de intendencia en una oficina del Gobierno de Coahuila en la que duró 10 años. 

La desempeñé con mucho amor. Es el trabajo donde he durado más tiempo. En los otros un año, dos años, tres cuando mucho, luego ya se agotó el trabajo o por equis o ye te retiras”.

No le gusta presumir pero recuerda con gusto que tiene 25 años moviéndose en bicicleta y que no piensa dejarla porque es la clave de su fortaleza. Como cuando trabajó con los Bomberos y se iba todos los días rodando de su casa a la Estación Norte en la colonia Virreyes. Era el más grande de los trabajadores en ese momento, con 47 años, y aunque se cansaba en los entrenamientos, dejaba sentados a los más jóvenes. 

“A usted lo que le hace fuerte es su bicicleta, no lo deje nunca, porque es la que le da mucha fuerza, por eso está usted trabajando todavía”, recuerda que le decía uno de sus superiores. “Aunque no sea vanidad, me llena de emoción”.

Y trabajo duro ha sido la constante en su peregrinaje laboral, como mexicano, dice el señor Ramón, que anda en todas partes hasta encontrar el lugar donde hay chamba: en la obra civil con los maestros, como soldador pailero y como estibador.

“Qué buen trabajo, qué rudo, pero qué bueno también porque valoraba la disciplina, la fortaleza que te daba el trabajo”.

Aunque el cuerpo humano es frágil, las tres veces que han atropellado a Ramón, no ha sufrido fracturas o lesiones graves. Solo un camión que no hizo alto en el cruce de Coss y Purcell lo mandó al ISSSTE luego de aventarlo más de 10 metros y casi pasarle por encima. 

“Pero aquí andamos todavía echándole ganas a la bicicleta porque nos gusta”, dice y avanza a pie, con la bici a un lado, gritando consignas en contra del aumento al pasaje de los camiones de Saltillo y exigiendo condiciones dignas en el transporte público, para los usuarios y los trabajadores. 

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