Viaje al corazón oscuro del pop con Beach House en Monterrey

Una fractura de clavícula expuesta frenó a esta rueda rebelde. El cuerpo se recupera en reposo mientras el espíritu danza poseído por recuerdos, ansiedades, emociones y sueños en bici. No hace falta creer en Dios para intuir que hay un fondo sagrado que la música alcanza a acariciar. Y el sonido de Beach House nos transporta al misterio. 

El concierto del dúo de Baltimore en Monterrey fue un viaje cósmico, inefable y compartido, al corazón oscuro del pop. Once twice melody, del disco homónimo publicado este 2022, abrió la noche regia: Victoria Legrand, voz y teclados, Alex Scally, guitarra y bajo, acompañados en la batería por James Barone, envueltos entre sombras ante un Pabellón M repleto de jóvenes.

Y desde las entrañas brotó la luz: Silver soul, del disco “Teen dream” (2010), Lazuli, de Bloom (2012), Levitation, de Depression cherry (2015). Visuales multicolores, sueños y corazones rotos en la antesala de las fiestas de Halloween, el viernes 28 de octubre: On the sea, Drunk in LA, Space song.

Abrazado por el ruido y el pop dulce, este cuerpo roto se movió sacudido por las olas de sonido, enamorado junto a otra rueda rebelde, girando los dos como galaxias en extinción. Las canciones, como dioses desconocidos, sellaron un pacto. Y así, suspendidos entre las melodías, pudimos decirle sí a todo.

“We are all strangers”, pronunció Victoria Legrand, de las pocas palabras que dijo a su público. “It’s a nice feeling”, complementó porque todos en la oscuridad éramos uno solo por la música.

Enamorados, fracturados, disfrazados, acariciamos el fondo o la cima, mientras Beach House regresaba de las sombras para despedirse con Lemon glow y Over and over. Tras los aplausos comenzó el viaje de regreso a la normalidad. Quizá no haya un fondo sagrado o una realidad inefable. Pero lo vivimos.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *