Torreón: Bicidiálogos para recuperar la ciudad y ganar felicidad

La bicicleta puede salvar vidas y es fuente de felicidad, pero encuentra obstáculos ante las autoridades municipales de Saltillo y Torreón que no siguen sus propios Planes de Desarrollo Urbano y la Ley de Transporte y Movilidad Sustentable de Coahuila para fomentar estas dos ruedas como alternativa eficiente para moverse en la ciudad.

De estos temas hablamos en los “Diálogos por la semana de la bicicleta. Movilidad sustentable, escritura y periodismo en rila”, organizados por el medio independiente La Plaza Pública en el marco del Día Mundial de la Bicicleta establecido por la ONU el 3 de junio, con la participación de Lucila Navarrete Turrent , académica, investigadora y ciclista; Eduardo Rentería, activista, ciclista y fundador de Ruedas del Desierto; Jessica Ayala, periodista y directora del medio anfitrión; así como quien esto escribe en representación de Ruedas Rebeldes.

Para nosotros que usamos la bicicleta es muy fácil relacionarla con la felicidad»

Eduardo Rentería

“Debemos hablar de la felicidad, cuando hablamos de la bicicleta, relacionarla con la felicidad, para nosotros que usamos la bicicleta es muy fácil”, apuntó Eduardo Rentería, integrante de un colectivo ciclista nacido en mayo de 2011 y que ayudó a recuperar la calle para las personas cuando la Laguna vivió su peor etapa de violencia de alto impacto.

La primera conversación, realizada el viernes 9 de junio en La Tinta Cafebrería, giró en torno a la urgencia de hablar de movilidad sustentable y las acciones que han hecho los colectivos para pugnar por la paz vial y el desarrollo de ciudades más humanas; además del periodismo y la escritura que nace a partir de la experiencia de rodar por calles, carreteras y espacios naturales en las inmediaciones de las ciudades.

En ese sentido, Lucila Navarrete destacó que la bicicleta permite pensar otras formas de experiencia, como la sensación de libertad andando sobre ruedas y las amistades que se van ensanchando cuando las personas coinciden rodando.

“También la bicicleta nos permite pensar en nuestro propio cuerpo, en las transformaciones que se van dando, vivimos una suerte de épica a partir de ser ciclistas, y lo que eso significa para la prevención de enfermedades, y es una fuente de inspiración para la imaginación porque pedalear nos devuelve el deseo de vivir, y del deseo de vivir nos devuelve la capacidad para imaginar”, señaló.

Por parte de Ruedas Rebeldes, quien esto escribe habló sobre las historias de personas que andan en bicicleta como medio de transporte y el incremento de personas fallecidas a causa de siniestros viales, pues en promedio cada semana murió una persona atropellada o en choques el año pasado en Saltillo.

Pedalear nos devuelve el deseo de vivir, y del deseo de vivir nos devuelve la capacidad para imaginar”

Lucila Navarrete Turrent

Asimismo explicamos que el manejo de las notas por parte de reporteros y medios que abordan siniestros viales nos indigna y nos obliga a replantear el tema de acuerdo a las evidencias y estudios científicos y las recomendaciones de especialistas en urbanismo y seguridad vial.

Por ejemplo, debemos señalar los factores de riesgo en las calles, el desarrollo urbano que fomenta y beneficia únicamente al coche, la responsabilidad de las autoridades locales para invertir en infraestructura segura para todos y fomentar alternativas de transporte diferentes al carro particular.

‘Cura rotatoria’ para sanar

El sábado 10 de junio, tomamos como pretexto el libro “Cura rotatoria”, de Lucila Navarrete Turrent, para dialogar sobre cómo la bicicleta puede salvar vidas, no solo con la inversión en espacios seguros, sino también como un vehículo para sacarnos de estados de confusión, ansiedad y depresión.

En Ruedas Rebeldes recomendamos este libro de ensayos ciclistas por la compañía que nos hizo sentir, por la solidaridad y amistad que generó gracias a una escritura honesta con la que la autora nos muestra reflexiones, confusiones, anécdotas y múltiples temas que terminan (o inician) en una postura totalmente humanista.

Por su parte, Jessica Ayala, directora de La Plaza Pública, resaltó el valor vital contenido en los textos de la investigadora y ciclista, en la relación entre la persona y su bicicleta, que ayuda a conectar con el lado más humano, aleja de agobios, prisas, caos, mal humor, y ayuda a pensar lo que está pasando con la ciudad y el tipo de espacio que estamos dejando a las generaciones más jóvenes.

“Esto vale mucho la pena que lo hablemos, que reflexionemos, porque el automóvil no es el enemigo; sin embargo, el hecho de que sea el único medio de transporte al que aspiramos, incluso socialmente se ha catalogado como si fuera el ideal a alcanzar, le damos un papel preponderante en nuestra vida y la ciudad, y hace que uno también sea este caos”, señaló.

El diálogo se extendió con el público, que aportó experiencias propias y colectivas, reflexiones en torno a la recuperación del espacio público y la necesidad de calles seguras para todos los usuarios.

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