Las calles se han convertido en su pista. Ahí puede recorrer de sur a norte y viceversa la ruta recreativa; rebasa ciclistas, patinadores y corredores de subidita con su bicicleta o patines. Su nombre es Ismael, tiene 9 años y descubrió que andar sobre ruedas lo hace feliz y ayuda al medio ambiente.
Si es posible, los domingos son de ruta recreativa para él y su familia.
Tiene dos hermanos; él es el de en medio, pero ninguno nació en la capital coahuilense; son de Guadalajara, allá fue donde aprendió a usar los patines y allá fue dónde comenzó su amor por las ruedas.
“Mis papás me regalaron patines a los 6 años y tuve que aprender a mantener el equilibrio en los parques de allá. Ya después es fácil, es cuestión de no rendirse’”
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Fue esta pasada navidad que sus papás le regalaron una bicicleta. Con ella Ismael ha llegado a más lugares, más lejos. Siente mayor seguridad, equilibrio y puede ir más rápido.
“Me gusta la bici porque puedo ir más rápido, y con ella no ensució el medio ambiente”.
Si pudiera Ismael iría a la escuela en bicicleta, igual que sus compañeros de salón que dice son rollers; ya volvió a clases presenciales y la materia de inglés se ha convertido en su favorita. Dice que en a veces puedes fallar. Pero, que por más que te caigas hay que seguir dándole, como con la bicicleta, no es cuestión de rendirse.